De Marcos Zelaya y
Jonatan Emanuel Baldiviezo
Para
empezar a hablar del Metrobus de Buenos Aires se debe primero definir que
implica el sistema de Metrobus. Esta sistema en teoría tiene una sumatoria de
aspectos positivos que agilizan la operación de colectivos: carriles
exclusivos, modernos vehículos con mayor capacidad para transportar pasajeros
(con fuelle, articulado, biarticulado) con ascenso/descenso por izquierda y
derecha, pago previo en anden, frecuencia uniforme. Luego los lobistas de BRT
(Bus Rapid Transit) o Metrobus establecieron una calificación en la medida en
que pierde en la práctica alguna de estas características. Es el caso de Buenos
Aires.
En Buenos Aires se implementó el
Metrobus con las líneas de colectivos existentes, que son jurisdicción del
Estado Nacional, por lo cual la Ciudad no tiene injerencia en los aspectos
operativos. La única característica del BRT adoptada fue la de implementar
carriles exclusivos con paradores costosísimos de alrededor $ 8 millones.
Respecto al Metrobus de la Av. 9 de
Julio su razón de ser fue puro marketing político y no una evaluada
planificación. La decisión fue tomada en miras a la campaña electoral. Con
posterioridad corrieron con su proyección los técnicos de diferentes áreas y
consultoras privadas.
En
el estudio de impacto ambiental del proyecto se sostuvo que el tránsito
vehicular, tanto el particular como los colectivos, fluían si ningún problema
ingresando y egresando a la AV. 9 de Julio por calles y autopistas (25 de Mayo
e Illia) debiendo Autopistas Urbanas S.A. (AUSA) realizar intervenciones tanto
en la utopistas 25 de Mayo y la Av. Illia para mejorar la fluidez del tránsito
vehicular. Todo esto fue mentira.
A
medida que comenzaron con las obras fueron presentándose varios inconvenientes:
1) Los carriles centrales y el sentido de circulación: El Metrobus operará
por carriles centrales por capricho del Jefe de Gobierno. No se estudió otras
alternativas como implementar carriles exclusivos en las laterales
(Cerrito/Lima y Pellegrini/ Irigoyen) con las paradas de ascenso/descenso en
los canteros que separan dichas calles con la Av. 9 de Julio, dejando de esta
forma carriles para los frentistas. Incluso se podría haber estudiado
implementar los carriles exclusivos por la Av. 9 de Julio con las paradas sobre
los canteros, pudiendo ascender/descender por la derecha.
Para cumplir con esta orden los
colectivos irán en un sentido contrario a la circulación de los vehículos
particulares a fin de de que los pasajeros asciendan y desciendan en las
estaciones/paradas centrales por la derecha. Por lo expuesto, las Líneas de
Colectivos deben cruzarse de carril a la altura de la calle Humberto Primo y
luego a la altura de calle Paraguay/M.T. de Alvear. Esto genera un problema
importante en cuanto cruces semafóricos, creando cuellos de botella relevantes.
A raíz de esta situación, recién en el mes de Junio de 2013 AUSA llamó a
licitación para la construcción de Túneles bajo nivel para que se efectué el cruce
de carril mencionado y así evitar los problemas de circulación, embotellamiento..
En aquellos tiempos sostenían que estos problemas no existirían finalizada la
obra. Estos túneles cuya licitación está en marcha no atravesaron el proceso de
evaluación de impacto ambiental ni de audiencia pública.
Se reduce de dos carriles a un
carril en inmediaciones del edificio de Obras Públicas (se estipula que
circulen 9 Líneas por un carril) y a la altura del Obelisco (8 Líneas de
colectivo por un carril), donde se cruza con la Av. Corrientes. Estos son
puntos críticos que generarán con certeza “cuellos de botella”.
2) Cantidad de Líneas distintas: La traza de Metrobus tendrá 2
carriles por sentido por el cual transitarán 10 Líneas de colectivos. La
operación en las paradas para el ascenso y descenso podría generar complicación
(cabe recordar que se paga dentro de la unidad) y demoras que harán perder el
tiempo ganado por el carril exclusivo.
3) Hasta ahora la Av. 9 de Julio
tuvo la función de corredor de tránsito pasante y gran distribuidor del
tránsito entre el micro y macro centro. Con las prohibiciones de giro que se
implementaron se dificultará el tránsito vehicular particular. Se podría haber
encontrado alternativas que beneficien el transporte público sin generar
problemas al tránsito vehicular particular o comercial.
4) Inundaciones: Las obras realizadas sin
considerar los cambios en las pendientes de la avenida que declinaban hacia el
río, la destrucción de todas las plazoletas centrales produjeron que la Av. 9
de Julio se inunde en las últimas lluvias. Esto afectó a frentistas de
Cerrito/Lima y Pellegrini/Irigoyen, y a las bocas de SUBTE de la Líneas C-D-B
como nunca había sucedido. Este aspecto no fue previsto por el Gobierno de la
Ciudad. El plan de mitigación de la reducción de espacios verdes aportado por
el GCBA en la causa judicial ni se aproxima a los m2 destruidos y
contabiliza espacios que no cumplen las mismas funciones sociales y ambientales
que las plazoletas.
Cabe destacar que el presupuesto inicial
de la obras que comprende 3 km. es de
$166.000.000. Cada parada tiene un costo aproximado de $8.000.000. A
esto se le suma $ 22.218.000 para los túneles que decidieron construir a último
momento para que los colectivos ingresen y egresen a Av. 9 de Julio, por Av.
San Juan y Av. Libertador. La Legislatura está pronta a aprobar una ampliación
de presupuesto por $50.000.000 para obras pluviales precisamente porque no fue
considerado previamente la posibilidad de que la alteración de la Avenida podría
favorecer a que se produzcan inundaciones.
5) Las empresas de colectivos de la Líneas involucradas se ven
beneficiadas económicamente sin contraprestación al GCBA por la inversión
realizada: El Gobierno de la Ciudad informó en Audiencia Pública que aproximadamente
por día hay 150.000 viajes en ese corredor y estiman en el primer año
incrementar un 25% la demanda, esto es pasar a 187.500 pasajeros (150.00 por
día, los aprox. 260 días laborales, boleto 1,70 = $ 66.300.000, con lo cual
187.500 por día, los aprox. 260 días laborales, boleto 1,70 = $82.875.000. Ganancia
anual extra aproximada: $16.575.000)
Más
la reducción del 25% de combustible que implica una reducción de costos de operación
y los subsidios que otorga el Estado Nacional. El Gobierno de la Ciudad debió
haber negociado alguna contraprestación por parte de la empresas.
Está claro que la obra no responde a
una necesidad técnica de planificación e integración del transporte. Es una
medida de marketing político, que cada día se complica más, y que sólo puede
ser mitigado con más y más gastos, concentrados en 3 km.
La Ciudad debe focalizar sus
esfuerzos en la integración de modos de transporte, la ampliación y mejora del
SUBTE que es el modo de transporte masivo heredado más ecológico, seguro,
rápido y con mayor capacidad de transporte de pasajeros, y la planificación con
mayor seriedad discusión y participación cuando quiera implementar corredores
de Metrobus.